lunes, 16 de abril de 2012

Poesías con Sentido


                       Mujeres  de Juárez
                                       I
                           
                              ¿Y si no, qué?
¿No buscar un corazón que te arrope a media noche?
¿Qué viva cautiva en las calles y cielos de su ciudad,
al continuo acecho de los burros ebrios que parió la ignorancia?
Cuarteles de palillos de mesa, son los refugios de la esperanza.
Ser muda es el mejor oficio hoy en día.
Dócil, reservada, fértil y pequeña, virtudes necesarias
para cautivar a nuestro hueco Don Juan.
¡pisaré firme, no importa el terreno!
Estática con el odio en la garganta, me descubro en un paisaje,
entre hienas, entre escenografías grises que esconden cuerpos torturados,
que quieren vengar su desgracia de destino,
en el olan del vestido, que sale de trabajar noche.
¿Y los perfumes? se vuelven rancios,
¿Y las pieles? se agrietan,
¿Y  la sonrisa? muda, olvidada frente a un sol y  una luna,
que no hacen mas que diluirla al ras de la tierra.
Y ahí, con los ojos abiertos, cristalinos, secos,
con las moscas de sus hadas, bailará la pieza infinita, del sueño impuesto.

                                              II

Vivir con el miedo de cotidiano, múltiple tronar de dedos.
La paciencia cruel tormento de todos los caminos.
Al andar, al observar, al parar y tomar aire al mismo tiempo que volteo hacia los lados, descubro los perros lascivos de la noche,
se masturban con su capa del “me vales madres”,
fieles a su instinto de azufre de ciudad.
¡No dejaré de correr si es preciso, soy una guerrera!
Aventaré en mi camino dardos que perforen sus pechos.
¡No soy una provocadora, soy una mujer que ejerce su derecho a ser!
¡Y seguiré bailando, me lo debo, se los debo!
¡Sudaré por ellas! ¡No censuraré mi boca!
Al contrario les gritare a la cara y al hígado, lo que no quieren escuchar.
¡No cubriré mis piernas este mundo de miopes tiene que aprender a vivir con ellas!

                                III

Sin más, seguiré viajando por mi ciudad,con el pulso de mi voz alerta.
No puedo ser más una testigo silenciosa,
ya no es tiempo de anudar la lengua, hay que romperle las rodillas:
a quien nos cubre el rostro, a quien nos ahoga el amor,
a quien nos perfora los talones, a quien se come nuestro sueños.
¡Me lo debo, se los debo!


Argelia Ek


S/T

En las rodillas lleva la penitencia
de un bien merecido sin condena,
marca de vaca, marca estigma de los tiempos.
Ampolla manos, curtidos pies,
tierra de obsidiana tierra para el que la trabaja,
sonrisa de huitlacoche fértil, garganta de pena y aguardiente,
tu canto es el de la esperanza, esperanza censurada a pisotones,
grito cercado por fusiles sordos.

Argelia Ek


                                  



1 comentario:

  1. Otro excelente poema.

    Además de pensar en las mujeres de Juárez -por cierto voy a subir la liga al documental Bajo Juárez, que es buenísimo y ahí uno entiende muchas cosas de lo que está sucediendo y lo que pocos quieren nombrar-, pensaba también en la condición de ser mujer hoy, en este siglo XXI que comparte tantos imaginarios de falso progreso como el XVIII. Claro, es cierto que hay muchas cosas que han cambiado pero también es cierto que aún hay mucho por transformar y que ser agentes de ese cambio, con conciencia y voluntad, no es fácil para nosotras.

    Pienso también en la desigualdad de género que se nos impone y que reproducimos tras esa socialización de siglos tan bien aprendida. Es el tema del poder de Foucault y Bourdieu. Por cierto, hay un excelente texto de este último que se llama La dominación masculina. Está en Anagrama. También hay unos materiales de una socióloga española que voy a subir a nuestro blog, se llama María Jesús Izquierdo, y en su texto "Del elogio de la diferencia y la crítica de la desigualdad a la ética de la similitud" trabaja el peso de las condiciones estructurales -esa palabra que nos gusta tanto a los de la sociología, que a veces explica tan poco y a veces tanto- y la violencia de éstas en nuestra vida cotidiana.

    Algo que se aprende al estudiar los procesos de socialización es que el primer censor está interiorizado y es uno mismo. Los siguientes versos hablan de un salto de conciencia que habrá que cultivar entre nosotras las mujeres y también con la otra parte de la humanidad que son los hombres: "¡No soy una provocadora, soy una mujer que ejerce su derecho a ser!
    ¡Y seguiré bailando, me lo debo, se los debo!
    ¡Sudaré por ellas! ¡No censuraré mi boca!".

    Transformarnos y educarnos en el reconocimiento igualitario -que no tiene nada que ver con la homogeneización del ser idénticos- implica ser visibilizadas, darnos el derecho de decidir y elegir, de usar nuestra palabra, de ampliar nuestros conocimientos sin ser censuradas, de ser libres sin ser temidas. Romper con el estereotipo interiorizado de la fémina débil que debe ser cuidada o de la fuerte organizadora y madre que cuida, no es sencillo.

    Nos queda un largo camino por delante en el que nosotras tendremos que darnos la posibilidad de ser y ellos tendrán que aceptar el reto de que sí "somos", de que somos algo mucho más complejo, interesante y fascinante que esas muñecas pasivas o esas matronas seguras. Eso, sin duda, también les permitirá a ellos liberarse de la pesada carga de ser "masculinos", porque, en verdad, debe ser muy, muy pesada: la contención para no exponer las emociones, la represión para no llorar, la imposición para aparentar seguridad, la responsabilidad de proveer...

    Parece que el reto es romper los moldes del miedo que nos abren al abismo de la aventura de aprender... ¿Cómo vamos a desperdiciar una vida repitiendo el viejo libreto y los papeles de hace cientos de años? ¿Cómo vamos a aniquilar esta imaginación para vivir de otro modo en un mundo mejor donde todos podamos "ser", juntos?

    Por nosotras y por ellos: ¡¡LIBERTAD!! para descubrirnos sin ataduras como fascinantes seres humanos

    Mari Jo, co-responsable con todos uds. de este Taller sobre Desigualdad

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