El incierto destino ya no
quiero ver,
Para que revelar a mis ojos
la sed del mundo;
Son los pasos indiferentes
del poder,
De los que se reparten tu
aliento.
El hambre que duele, ya no
quiero ver,
Miro sobre sus encorvadas
espaldas cargar
El pan que arrancan del
polvo y la tormenta
Y tan insuficiente que al
repartir, ¡es nada!
El llanto que quebranta el
alma, ya no quiero ver,
Sé que son las lágrimas del
estómago del niño;
De los esfuerzos que tienen
poco precio al vender,
Cuando la avaricia come
carne con el mejor vino.
Quiero cerrar mis ojos,
puertas del dolor,
Pues mis brazos son inútiles
ante el hambre;
Golpear el rostro de la
avaricia, con furia quiero
Y que al derramar su sangre,
nos de igualdad.
Este
poema lo he encontrado en la red ( http://www.mundopoesia.com/foros/poemas-sociopoliticos/379447-desigualdad.html?langid=1 )
en el William Monge se lamenta por la indiferencia que es llevada a cabo por el
gobierno en donde por su avaricia atropellan los derechos de los hombres que
necesitan de un sustento, los que trabajan por el alimento sudan y sufren
mientras los avariciosos comen y desperdician el manjar que que es fruto y
esfuerzo del trabajador...
Claudia Delgado
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