lunes, 4 de junio de 2012

¿Quienes somos?



¿De donde venimos? , ¿A dónde vamos?  Estas preguntas  surgen del método teatral de  Konstantine  Stanislavsky, él las aplica para encontrar el sentido y carácter  del personaje, de la obra a montar. Pero creo que  aplicarlas a nuestra vida, como sujetos en este país, nos ayudaría a entender de donde provenimos, es decir  el origen de nuestras familias, el porque de sus oficios  y saberes, el porque de donde vivimos y  sobre todo el como nos organizamos.
Entenderlo no permitirá también entender nuestro alrededor y sensibilizarnos ante el.

Por ejemplo  mi abuela es de Mazatlán, Sinaloa y cuando migro al Distrito Federal, ubicándose en una vecindad del Centro Histórico junto con mi abuelo, desde siempre lucharon por conseguir trabajos que les ayudaran a mantener a su familia, la cual estaba integrada por 5 mujeres ( entre ellas mi madre) 1 varón, y ellos dos. Mi abuelo trabajaba de caminero (los que se dedicaban abrir caminos para carreteras) y toda su vida se dedico a eso; pero mi abuela siempre estuvo y esta buscándole por todas partes. Vendiendo tamalitos, chocolates, chilorio, bebidas mazatlecas, chiles en nogada, haciendo bisutería, antes cuando el cuerpo se lo permitía salía a las  calles y ahí lo vendía, pero cuando sus hijas empezaron a generar su propia economía comenzaron  a ayudarle, pero ella no lo dejo de trabajar y comenzó a ir al ISSTE,  a la caja preventiva, al INSEN  y con algunos clientes que había  hecho.Esto le permito a mi abuela Paula irse generando una economía propia, no fue fácil, pues nunca estuvo afiliada a ningún sindicato que la protegiera, a   alguna institución de salud que la ayudara con los gastos médicos de la familia (esto ya, hasta que algún familiar la afilio). Ella, solo estudio la primaria  y cuando llego al DF, no conocía a nadie.

El texto sobre el cual apoyare mis reflexiones será  “Como sobreviven los  Marginados de Larissa Lomnitz” la cual realizo un estudio en una barriada de la Ciudad de México, alrededor de dos años  y  este habla de  quienes son los marginados, su conceptualización, sus diversos orígenes, como son vistos y como se organizan. Al respecto  sobre la migración y los oficios que se adquieren  al vivir en un panorama como este, ella nos dice:

“Al profundizar el estudio de este sistema de parentescos, descubrimos que los núcleos de paisanos y parientes avecindados en la barriada, gravitaban hacia ocupaciones similares y a veces idénticas. Todas estas ocupaciones son consideradas como marginadas desde el punto de vista de la economía urbana industrial. Típicamente, se trata de ocupaciones manuales no calificadas  y devaluadas por el mercado laboral urbano; existen también  artesanías especializadas, tanto de tipo tradicional (carpinteros, herreros, pulidores de lápidas), como moderno (colocadores de alfombras). El denominador común de todas estas ocupaciones es la falta de seguridad social y económica.

“Este movimiento migratorio ha sido causado por una combinación de factores que incluyen la explosión demográfica en el campo, el agotamiento  de las tierras, el bajo rendimiento  asociado a la escasa tecnología, la falta de nuevas inversiones en el campo y el incremento en la  atracción de la ciudad, resultante de la concentración de la administración, salud, educación, entretención y la proliferación de las vías de comunicación entre el campo y la ciudad”

 Esta es mi abuelita Paula Espinoza quien a sus 85 años sigue generando  su propia economía, con sus propios recursos (sus manos, su ingenio y su sazón) y sigue construyendo familia ante la adversidad.

Para ejemplificar  el capitulo 9 del texto, me gustaría hablar del temblor del 19 de septiembre de 1985. Mi abuela Paula y mi tía Coco (33 años), vivían en esta vecindad del Centro Histórico, cuando sucedió el temblor la mitad de la vecindad se cayó, por azahares y buena suerte del destino nadie de la vecindad murió, pero la construcción era inhabitable, por lo que se organizaron todos y todas la que ahí vivían  trabajaron de forma colectiva con l@s vecinos de la Calle de San Jerónimo y en general con los habitantes del centro que habían perdido sus viviendas, se  improvisaron viviendas,  comitivas que fueran a las instancias correspondiente a exigir nuevas viviendas,  brigadas de información, pintas, así como un comité cultural que hizo  enlaces con los otros campamentos y llevó música, teatro y talleres a las poblaciones. De esta  forma de organización se creo la Unión de Vecinos y Damnificados-Uvyd, la cual sigue  trabajando en la colonia Roma (colonia que salio muy afectada por el temblor). De este  trágico acontecimiento, la relación entre los vecinos de se fortaleció, ya que todos trabajaron por un bien en común, la construcción de sus vivienda y una vecindad en común San jerónimo 27. En este proceso se tendieron  lazos de reciprocidad y confianza, los cuales a la fecha se siguen fortaleciendo, pues ya habemos varias generaciones de hijas, nietos y bisnietas que compartimos esta forma de vida entre los miembros de la vecindad.

“Hay reciprocidad cuando un trabajo es compartido de acuerdo a las reglas definidas de distribución, como cuando se trabaja por turno. También hay reciprocidad cuando se intercambian valores equivalentes de acuerdo a las necesidades momentáneas de cada socio. Mientras mayor sea la cercanía social entre los miembros de una comunidad mayor será la tendencia a desarrollar intercambios recíprocos”





 La primera foto es del 1983 en la vecindad de San jerónimo 27 y la segunda foto fue de Diciembre del 2011, durante un bazar que   realizamos cada año, para  sacar una economía extra para toda la comunidad de pintores, cantautores, joyeros, fotógrafos etc. , así como la o/ el que se apunte entrarle al trabajo colectivo. 
 Argelia Ek Ballesté Viveros

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