lunes, 4 de junio de 2012

Detrás del cerro de Tezontle hay un mundo diferente


En  las  practicas de  campo  del  semestres en  la  materia de Desigualdad social y exclusión,  nos  dimos   a  la  tarea  de   irnos  a  el predio  de la Cooperativa Acapatzingo, del Frente Popular  Fráncico Villa  Independiente (FPFVI) pertenecientes   a  la  UNOPII,  en  la colonia la Polvorilla delegación Iztapalapa. 

En  lo que respecta  a las  actividades de estas sesiones de trabajo  fue una experiencia muy placentera ya que en las convivencias  con los  niños  que asisten  a Casa Nuestra he   podido aprender  más  de  lo que  uno pudiera imaginar.

Los  temas desigualdad, exclusión, reciprocidad,  igualdad,  cambio social  y  otros más, no  los  podemos  asimilar  si  no nos lanzamos  a la realidad,  al   lugar  en donde  se  pueden ver, los  puedes  tocar,  los escuchas, en  un lugar que se pueden oler y  por qué no  probar  de   que se   trata, no solo porque Rousseau  dice  que la  desigualdad proviene  de  la creación  de  la  propiedad  privada; o en el caso de Larissa Lomnitz  que  te  maneja las  barriadas  y  la  reciprocidad como una  forma  para  sobrevivir  en  una  jaula suburbana;   o  con  un recorrido  histórico  por  las  políticas   sociales  de  Jusidman, o las condiciones de  cada   individuo  de   Reygadas.  La   teoría es  básica  para   llagar a  un  lugar  y saber  que es  lo que  puedes  encontrar   y  como  lo  puedes  definir  o  qué  es   lo que  es.
              
No  sólo  si  Lomnitz, Jusidman, Reygadas o  el  mismo  Roseau nos definen  el concepto, creo que  lo  tienes  que  poder  vivir para  poder  contar que  la  desigualdad  se  da  entre  iguales, niños, niñas, hombres, mujeres  y más. Las  representaciones   frente  a  tus  ojos   son más  que evidentes. Las experiencias de que Beto evita  a  sus  hermanos, de  un grupo de  niñas en una actividad que excluyen a  otra por el simple  hecho  de  ser  diferente  y que  no  les cae  muy bien y  más. No  podía  tener  tela   de   donde   cortar  sin la  posibilidad  de  asistir a Casa Nuestra en  este   tiempo.

Uno  como estudiante en ocasiones  no  se da  cuenta  de lo que tiene a su alrededor   y sale  a  buscar  más allá  de  lo que sus  pies  le  pueden llevar,   más alla  de fronteras y  limites de  esta  tierra mexicana. Unos  buscan lo que  muchos ya vieron y  dejan que se polvee  lo que esta  enfrente de uno. Un par  creen haber encontrado el  tesoro perdido  sin darse   cuenta  que  nunca fue  un tesoro  y  menos que se  encontraba perdido.  Detrás del  cerro  de Tezontle  hay un  mundo diferente, que tiene las puertas  abiertas para  poder  ir    y trabajar  pidiendo una condición: que se  deje algo; no solo  ir  y observar  y retirase, sino  ir a ayudar, observar, dejar  algo y quizás hacer un retiro.

Casa  Nuestra es  el  alberge de  mucho  trabajo,  esfuerzo, apoyo, para  unos niños que  te  dan un poquito de su atención, de  su tiempo,  de  su paciencia; es una cuestión de reciprocidad de  unos  con  los  otros. Me es  muy   grato  haber  participado  en este  proceso del cual  las cuestiones prácticas marcan no solo el camino de una historia que contiene muchos vaivenes, sino  también abrir los  horizontes detrás del cerro de Tezontle.         

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