miércoles, 6 de junio de 2012


¿En qué consisten las teorías individualistas sobre la desigualdad? ¿Cuáles son sus límites?



El texto de Reygadas nos muestra otra forma de ver la desigualdad desde diferentes perspectivas sociales, donde la desigualdad no solo se hace presente en cuestiones económicas, sino que va más allá tanto en aspectos individuales como en el mundo relacional donde se desarrolla el individuo y crea su realidad estableciendo normas de convivencia.

Entrando al plano individual, la desigualdad se hace presente en el contexto social en el que se desarrolla el individuo. Hay dos aspectos que influyen, el primero son las causas externas donde se ven aspectos como el dinero, la herramienta o los utensilios, y las causas internas que hace referencia a las capacidades individuales como el conocimiento, la creatividad, etc. Pero la desigualdad no se combate atribuyendo a una persona con bienes externos o internos, ya que para poder acceder a las riquezas sociales es necesario tomar en cuanta otros aspectos que reproducen la desigualdad, como el capital cultural, el habitus, el campo, le etnia, el entorno comunitario, etc.

Pierre Bourdieu menciona que el capital cultural muestra:

“la trascendencia de los aspectos simbólicos en la construcción de las diferencias de clase. El capital cultural puede ser material u objetivo… pero también puede ser subjetivo, adquirido por los individuos a lo largo de mucho años de socialización e incorporado en sus esquemas de percepción y pensamiento.” (Reygadas: 2004)

De modo que nos habla de aspectos simbólicos que son los que se adquieren a través de la sociabilización y que estos a la vez marcan una distinción. Un ejemplo puede ser una sociedad donde lo correcto es terminar una carrera universitaria, trabajar, tener un hogar, un carro, una familia, con cierto status y un buen nivel económico, etc. El status juaga un papel muy importante dentro del entorno relacional de los individuas y este construye niveles de criterios de lo que esta bien visto y lo que no.

Pero quienes están fueras de ese marco valorativo, como los homosexuales, los indígenas, los vendedores ambulantes, las madres solteras, los indigentes, entre muchos mas, son victimas de discriminación y no hay peor discriminación que la de la estigmatización, Erwing Goffman menciona que los estigmas “marcan de manera profunda a quienes los sufren y definen el tipo especial de relaciones que se debe establecer con ellos.”

De este modo la desigualdad no se da de modo individual sino social, “donde los atributos individuales tienen su origen social, de modo que las capacidades personales de cada individuo aunque tengan elementos genéticos, son el resultado del mundo relacionan donde se desarrolla, en el entorno comunitario donde se da la relación entre sujetos, y estas capacidades individuales a la vez son sociales, ya que estas están sujetas a una valorización que proviene dentro del colectivo y mas profundamente del capital simbólico.

“un enfoque individualista de la desigualdad es útil para determinar los resultados diferenciales que obtienen los agentes, haciendo abstracción del contexto social y de las relaciones sociales. Pero tendría fuste limitaciones para considerar los factores metaindividuales.” (Reygadas: 2004)

De este modo las teorías individualistas de la desigualdad muestran que los individuos tienen diferentes habilidades o capacidades, pero estas teorías no explican como se originan las diferencias que relación tiene con el medio social en el que se desarrolla el individuo.

Otro punto importante que debemos comprender es la estructura social en la que se desarrolla el individuo, ya que la desigualdad se hace presente en las relaciones humanas. Bourdieu menciona:

“que las desigualdades están  relacionadas con los habitus de clase, es decir, con los esquemas de disposiciones duraderas que gobiernan las practicas y los gustos de los diferentes grupos sociales, que resultan en sistemas de enclasamiento, que ubican a los individuos en una posición social determinada no sólo por su dinero, sino también por su capital simbólico.”   (Reygadas: 2004)

Es así,  que el habitus hace referencia al comportamiento del individuo y este le otorga un lugar en la sociedad y de como debe de ser tratado. Tal vez el ejemplo mas claro sea el de genero, ya que existe una distinción en como debe ser tratado un hombre y una mujer. Hay toda una estructura simbólica entorno al sujeto, de modo que el habitus establece la conducta, la manera de comportase o de actuar entre los sujetos o los grupos sociales.

Otro concepto que nos da Bourdieu es el de campo, el cual nos  ayuda a entender que la interacción de los agentes se produce en espacios sociales que siguen determinadas reglas, de acuerdo con las cuales los poseedores del capital cultural legítimo reciben los mayores beneficios que se producen en ese campo.” En el campo se desarrolla la estructura social determinada que donde la valorización del sujeto esta determinadas culturalmente.

Otra forma de reproducir la desigualdad es por parte de las instituciones como el ceno de la familia donde se adquieren los valores, dependiendo en que grupo social se desarrolle ésta, creando categorías que clasifican a las personas. Este tipo de categorías proponen un enfoque relacional de la desigualdad que se lleva acabo dentro de los grupos sociales.

 De este modo, para combatir a la desigualdad no basta no basta con combatir las diferencias y la discriminación, es necesario cambiar de fondo la estructura de las instituciones que organizan los flujos de recursos, cargas y recompensas que predominan en la interacción social.

Algunas de las estrategias políticas- simbólicas que intervienen en la construcción de la desigualdad hablando entorno a las interacciones sociales. En primero están todas las características positivas que e otorgan en el grupo social y que son aceptadas. Aquí mismo entran todas aquellas operaciones que presentan los privilegios que se poseen como resultado de designios divinos o de la posesión de rasgos especiales.

Por otro lado están las características negativas que se les atribuye a los otros grupos como la estigmatización, satanización, señalamiento de impureza, exclusión, rebajamiento e infravaloración de lo ajeno o extraño. Todas esta legitiman el status inferior de los otros por la posesión de rasgos físicos, sociales o culturales poco adecuados o de menor valor.

Así, el trabajo de construcción y de reproducción de los límites simbólicos crea situaciones de inclusión y exclusión social y sostiene los límites materiales, económicos y políticos que separan a los grupos. Este tipo de recursos simbólicos que presentan los intereses particulares de un grupo como si fueran universales, es decir, cuya satisfacción redunda en el beneficio de toda la sociedad o de todo el grupo social. De modo, que entran también todos los discursos que naturalizan la desigualdad o la consideran inevitable o normal.

Hay tres características de esas fronteras que son cruciales para la desigualdad: el grado de impermeabilidad, el grado de bilateralidad y el tipo de flujo que permiten. Las fronteras sociales pueden ser por lo regular impermeables, pueden permitir que pasen por ellas muchas cosas o pocas. Un grupo puede hacerse más permeable en determinadas fronteras para tener un mejor acceso a los recursos de otros que si los tienen. El nivel de bilateralidad de una frontera, es saber si permite el flujo de recursos en los sentidos o sólo en uno de ellos.

Las interacciones dentro de los campos sociales inciden sobre la desigualdad. Las practicas individuales se entrelazan con las reglas, con los dispositivos de poder, los procesos culturales y todos los demás entramados institucionales que organizan esos espacios.

Bibliografía

Reygadas. Luis (2004). Las redes de la desigualdad: un enfoque multidimensional. Universidad Autónoma Metropolitana- Xochimilco. Distrito Federal. México.
Jessica

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