Por: Anahí Médez Hernández
No has vivido
hasta no haber estado en una
pensión de mala muerte
con nada más que una
bombilla
y 56 hombres
apretujados
en catres
y todo el mundo
roncando
a la vez
y algunos de esos
ronquidos
tan
profundos y
tan bastos e
increíbles...
oscuros
carrasposos
infrahumanos
resolglantes
del mismísimo
infierno.
parece como si
se te partiera la cabeza
entre esos
sonidos
de muerte.
y los
olores entremezclándose:
calcetines sucios y
rígidos y
calzoncillos
con orines y
excremento
y por encima de todo eso
un aire que
circula lentamente
muy parecido
al que emana de los
cubos
de basura
destapados.
y esos
cuerpos
en la oscuridad
gordos y
flacos
y
encorvados
unos
sin piernas
sin brazos
otros
sin cerebro
y lo peor de
todo:
la total
ausencia de
esperanza
les
envuelve
les cubre
totalmente.
no se puede
soportar.
te
levantas
sales
caminas por
las calles
subes y
bajas
aceras
pasas edificios
doblas la
esquina
y vuelves
a subir
la misma
calle
pensando
todos esos hombres
fueron
niños
una vez
¿qué
les
ha pasado?
¿y qué me
ha pasado
a
mí?
está oscuro
y hace frío
ahí
fuera.
hasta no haber estado en una
pensión de mala muerte
con nada más que una
bombilla
y 56 hombres
apretujados
en catres
y todo el mundo
roncando
a la vez
y algunos de esos
ronquidos
tan
profundos y
tan bastos e
increíbles...
oscuros
carrasposos
infrahumanos
resolglantes
del mismísimo
infierno.
parece como si
se te partiera la cabeza
entre esos
sonidos
de muerte.
y los
olores entremezclándose:
calcetines sucios y
rígidos y
calzoncillos
con orines y
excremento
y por encima de todo eso
un aire que
circula lentamente
muy parecido
al que emana de los
cubos
de basura
destapados.
y esos
cuerpos
en la oscuridad
gordos y
flacos
y
encorvados
unos
sin piernas
sin brazos
otros
sin cerebro
y lo peor de
todo:
la total
ausencia de
esperanza
les
envuelve
les cubre
totalmente.
no se puede
soportar.
te
levantas
sales
caminas por
las calles
subes y
bajas
aceras
pasas edificios
doblas la
esquina
y vuelves
a subir
la misma
calle
pensando
todos esos hombres
fueron
niños
una vez
¿qué
les
ha pasado?
¿y qué me
ha pasado
a
mí?
está oscuro
y hace frío
ahí
fuera.
Charles Bukowski
Charles Bukowski es uno de mis escritores y poetas favoritos, ya que plasma la realidad con una crudeza. Es el caso de este poema “Pensión de mala muerte” en que narra la vida de las personas olvidadas en las pensiones, como es su modo de vida de letargo, donde los sueños se han olvidado o han quedado en recueros. Esta es otra frase:
ResponderEliminar"Me parece que la vida está totalmente desprovista de interés, y esto sucedía especialmente cuando trabajaba ocho horas por día. La mayor parte de los hombres trabajaban ocho horas al día, y tampoco ellos amaban la vida. No hay ninguna razón para amar la vida para alguien que trabaja ocho horas al día, porque es un derrotado." C.B.
Jessica